Si bien celebramos su llegada cada 21 de septiembre, la primavera no siempre iniciar en esa fecha como todos creen. Algunos veces puede ser uno o dos días después y las razones van de la mano con un fenómeno astronómico que marca el fin del invierno.

Cada año, el cambio de estación se produce los días 21 en marzo, julio, septiembre y diciembre. Sin embargo, el equinoccio de primavera trajo una leve modificación que demorará unos días la llegada de la temporada donde hay más lluvias y las plantas florecen en el hemisferio sur.

En Argentina, el Día de la Primavera se celebra el 21 de septiembre, coincidiendo con el Día del Estudiante, cuando jóvenes y adultos llenan las plazas, siempre que el clima lo permita. Aunque la nueva estación comienza siempre en septiembre, el equinoccio de primavera no ocurre siempre en la misma fecha, y 2024 es un ejemplo de ello.

El inicio de la primavera 2024 en Argentina

El inicio de la primavera está marcado por un evento astronómico que ocurre dos veces al año. Este año, comenzará oficialmente el 22 de septiembre, un día después de la celebración tradicional.

Este fenómeno, conocido como equinoccio, tiene lugar en primavera, cuando el Sol se alinea de manera perpendicular con el Ecuador de norte a sur, y en otoño, cuando cruza el Ecuador de sur a norte.

La llegada de la primavera no es solo un cambio en el calendario. Según expertos en ecología y tradiciones culturales, representa un ciclo de renacimiento y renovación, marcando el comienzo de nuevas etapas tanto en la naturaleza como en nuestras vidas.

Qué es el equinoccio de primavera

El término equinoccio proviene de los vocabularios griegos “euqus”, que significa igual, y “nox”, que significa noche. Este fenómeno ocurre dos veces al año: en otoño (para el hemisferio norte) , cuando el Sol se alinea de manera perpendicular con el Ecuador de norte a sur, y en primavera (para el hemisferio sur), cuando cruza nuevamente el Ecuador de sur a norte.

Aunque el 21 de septiembre es la fecha popularmente celebrada, el equinoccio depende de la posición exacta del Sol. Este fenómeno astronómico marca el momento en que el día y la noche tienen la misma duración.