A 82 años de la muerte de Alfonsina Storni.  El 25 de octubre de 1938, decidió quitarse la vida dentro del mar y así nació el mito en torno a una de las plumas hispanoamericanas más importantes del siglo.

“Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara en la cabecera; una constelación, la que te guste; todas son buenas, bájala un poquito…”, éste es un fragmento de “Voy a Dormir”, el último poema escrito por Alfonsina Storni antes de quitarse la vida en las playas de La Perla, en Mar del Plata…

Pero ésta anécdota no es sobre la obra poética de la suiza… sino sobre el mito en torno a su muerte y los motivos… El imaginario popular relaciona a Alfonsina con un suicidio poético… Todos la vemos sufriendo una depresión amorosa, caminando lentamente descalza hacia el mar, resistiendo el golpe de las olas, con la piel erizada por el frío y temblando, consiente de su andar hacia la eternidad…

Suena lindo, no? Pero… la verdad es que ni tenía el corazón roto por amor, ni se internó paso a paso al océano hasta que ya no se la vio desde la costa…

La depresión era real, nacida de un cáncer, culpable de la pérdida de uno de sus pechos que le habían operado tres años antes de tomar la trágica decisión, que se ahogó en el mar también es real, pero no lo hizo caminando aguas adentro… Alfonsina, se tiró desde un espigón el 25 de octubre de 1938, y existen pruebas: uno de sus zapatos quedó enganchado en esa plataforma hacia la muerte…

Cómo se fue y las circunstancias no empañan su obra.

Las últimas dos líneas de su último poema nos dejan un encargo: “si él llama nuevamente por teléfono, le dices que no insista, que he salido…”

Si hablás nuevamente de Alfonsina, ahora que conoces la anécdota, por romántica que parezca no insistas con la versión poética del suicidio, también ha salido…