Los mares albergan el 80% de la vida en la tierra. Poco sabemos de esos ecosistemas y la presión que vienen sufriendo desde hace décadas. Descontrol, falta de regulaciones y la proliferación de residuos plásticos amenazan la vida de miles de especies.

Vamos a hablar de nuestro mar argentino, que pasacon la pesca ilegal, con la sobreexplotación. Con los barcos extranjeros que entran a la milla 200 y depredan parte de nuestro océano. Esto es solo una parte de toda la problemática que encierra l mar argentino de las tenciones.

Pablo Esteban es periodista argentino que investigó pero que básicamente escuchó a todos los sectores involucrados, por lo tanto el tiene en la cabeza un panorama más interesante.

En su libro hace el abordaje sobre la clásica pregunta sobre el campo que no vemos que es el mar, el campo azul, y posiblemente el futuro alimentario del país dependa más de este que del campo que conocemos todos.

El mar es un escenario que no ha sido adecuadamente abordado desde una perspectiva más transversal. Lo que tenemos enfrente es un mar de dudas, es mucho más lo que desconocemos de lo que sí. Para esto es fundamental la encararlo desde lo científico.

El pampa azul es un programa que articula la política de siete ministerios y que después con los cambios de gobierno quedó desarticulado.

Se trata de mirar hacia el mar para conocerlo, aprovecharlo y defenderlo.  Pero es importante desarrollar tecnologías de radarización , voluntad política y un estado que discuta con los países amigos como España, como China para poner regulaciones y reclamar lo que es propio.

Enrique Piñeiro, cineasta, piloto y persona muy comprometida con el ambiente, tuvo la idea de sobrevolar hasta la milla 200 o a 400 km de la costa del mar hacia adentro.  En ese vuelo termina la zona económica exclusiva y empiezan la aguas internacionales.  Es muy impresionante ver ese manto de luces que se ven en el océano como si fuera la ciudad de Nueva York sobre el mar, o parece un shoping con los autos que se están estacionando en el parking.

El problema es que año tras año ocurre lo mismo y además que es muy difícil regularlo porque las líneas son imaginarias y porque las especies no salen de las fronteras.   Lo más preocupante es que el gobierno no tiene voluntad de regular esto.

Hay una posibilidad de regula esto, una  herramienta jurídica que tienen las diferentes naciones para poder regular un poco más allá de su milla 200, que son las OROP.

Son acuerdos jurídicos que sirven para hacer relaciones internacionales y ponerse de acuerdo para regular una parcela marítima.  Argentina podría tranquilamente crear una OROP por cada parte de su milla 200 y asociarse con Brasil, con Uruguay y con otros países limítrofes que dan al atlántico.

El problema, si Argentina decide crear una OROP para defender su milla 200, entra en un conflicto, que es el conflicto Malvinas, porque estaríamos obligados a asociarse con Reino Unido, y si eso ocurriera, sería reconocerle al Reino Unido soberanía sobre las Islas Malvinas.

O sea que la posibilidad de proteger más allá de la milla 200 a través de la creación de una OROP, Argentina eso lo tiene prácticamente vedado.

Más allá de este conflicto y la tensión,  es importante reparar en la salud de los océano y de todos nosotros.  Es impactante ver el estado de depredación de los océanos por la pesca indiscriminada y desmesurada por parte del hombre. Hay que bajar la escala de pesca a gran escala.

Pensemos que se podría hacer una pesca sostenible o sustentable, entonces lo que hace falta es regulación, tanto a nivel internacional como también la pesca en nuestro país. El organismo que debe controlar esta práctica es la Secretaría de pesca, pero también hay muchos otros organismos.  Es una regulación que requiere del trabajo en conjunto, o sea una política de estado. Y lo más importante es que nosotros como consumidores no le demos la espalda a este problema y de a poco vallamos cambiando nuestros hábitos de consumo.