Tiene 55 años y se llama Nadie Huamán Rojas, es el único librero del barrio 31 . Hace ocho meses empezó a vender libros en la planta baja de su casay, según cuenta, con eso “le alcanza para comer y vivir”.
En 2007 llegó al país, y trabajó como obrero en Constitución durante los primeros años. En sus primeros tiempos vendía todo tipo de objetos usados. Como le empezó a ir bien, decidió dedicarse a eso y quedarse a vivir ahí. Luego, empezó a venderlas en un local.
Un día observó a un cartonero que llevaba libros y desde ese entonces, su local cambió y comenzó a llenarse de bibliotecas repletas de libros. Hoy estos ejemplares y las múltiples láminas y cuadros antiguos que cuelgan del entrepiso, también traídos por los cartoneros.
El negocioes conveniente para ambas partes, así nos cuenta Rojas. Los cartoneros logran vender algunos de los ejemplares que encuentran en la basura, o en las casas que se mudan, y él, por su parte, no tiene que moverse para comprar ejemplares.
Todavía las demás cosas se venden más que los libros. Sin embargo, aclara, cuando despliega los bancos con literatura a la calle y hace feria, las ganancias se multiplican. Los más vendidos son los escolares y después los de autoayuda.
Rojas también compra libros académicos porque, según cuenta, recibe compradores externos a la villa 31, que se acercan especialmente por los precios. Y la ubicación de la librería que queda sobre el paseo comercial de la villa, en la manzana 109, a pocos metros de Retiro.
Dice que suele leer algunos de los libros del local y que su principal anhelo es abrir un café literario ahí adentro. Para que chicos y grandes puedan incorporar el buen hábito de la lectura y poder transformar el Barrio para todos los vecinos.
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