Si, es la más linda y es Argentina. La librería ubicada en el Ateneo Grand Splendid, del barrio porteño de la Recoleta, fue catalagada como la más linda a nivel mundial por la National Geografic.
Una joya arquitectónica de la Ciudad que no pasa desapercibido por nadie. Un edificio, rico en su arquitectura, majestuoso, no solo por su riqueza plegada de los libros más importantes, cuenta con más de 90.000 títulos y más de 200.000 libros y clásicos de la historia universal
El mismo fue creado en 1903 en el barrio porteño de Recoleta, de la Ciudad de Buenos Aires. con el fin de convertirse en un teatro. Años más tardes su destino final seria convertirse en una librería que trascendiera los límites e una Ciudad por su encanto, belleza e historia.
Sin embargo en sus años de existencia como Teatro en los años 1903 albergo a las primeras audiciones de radio en la década del 20 y hasta tuvo un sello discográfico. En el año 2000 se convirtió en Librería y desde entonces es un icono de la Ciudad, referencia de los intelectuales y visitada por miles de turritas.
Posee 3 pisos y un subsuelo enorme. Los palcos fueron convertidos en salas de lectura privadas, y el escenario del teatro es hoy un bar particular rodeado por la deslumbrante arquitectura barroca que conserva decorados y barandas originales, y coronado por un fresco de ángeles.
Lo visitan de todas partes de argentina y del mundo. Entre semana recibe alrededor de 3000 visitantes mientras que los fines de semana llega a 5000.
Su popularidad siempre atrajo la mirada del mundo sin embargo la visita de grandes personalidades como el Presidente de Francia Emanuel Macro Carlos Gradel y escritores de la talla de Ernesto Sábato, Paul Auster o Mario Vargas Llosa dejaron su huella en este lugar, que sigue impulsando la literatura y la cultura.
Según una de las revistas más destacadas el mundo “En una bulliciosa calle comercial en el moderno barrio de Recoleta de Buenos Aires, Argentina, puede visitar un sereno templo de libro. La iluminación es suave, con detalles que muestran lo mejor de la artesanía de principios del siglo XX. Las conversaciones son silenciosas, como en una gran biblioteca, sin embargo, el espacio es tan cálido y acogedor que el café elevado en la parte de atrás de la sala cavernosa está lleno de clientes que leen y beben capuchinos y submarinos de chocolate”, así se lee en las notas de la National Geografic.
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