En medio de un contexto cada vez más complicado, más áspero y más desalentador, aparecen aires de esperanza, propuestas que nos devuelven un poco la fe y que nos demuestran que somos muchos todavía los que luchamos por un planeta menos contaminado y con más ganas de aportar ese granito de arena para poder cambiar algunos hábitos y hacer una vida más sustentable para todos.

En la Argentina hay un montón de propuestas que van en esa dirección tan necesaria.  Es el caso de Alejandro Romano, fundador de Xipa y co fundador de Dixtron.  El es un empresario de la provincia de Córdoba que tiene estas dos pimes y que fabrican plástico biodegradable, o sea 100% de origen vegetal.

El propósito es re- evolucionar el plástico con el propósito de que sea parte de la solución del desafío ambiental por el que estamos pasando.  Es una mirada diferente a como se está viendo la industria y los productos. La idea es entender el plástico para cambiarle los paradigmas que hasta ahora ha venido teniendo este material que ocupa un lugar tan importante en nuestra sociedad y que tanto contamina las napas y el planeta.

Las dos empresas se dedican a la fabricación de objetos para la gastronomía (cubiertos, vasos, copas, platos, etc.).Hace aproximadamente 10 años que Alejandro junto a su socio viajaron a Alemania y ahí fue donde descubrieron la existencia del bioplástico.

Los bioplásticos son plásticos biobasales, o sea a partir de vegetales.  Con la ayuda de un reactor más un proceso químico se obtiene el plástico con todas las características del plástico de origen fósil a partir del petróleo.  Lo bueno de esto es cuando uno dispone del producto es biodegradable, por lo tanto si lo ponemos en un compost se va a degradar en el mismo tiempo que una madera balsa. 

Todos los cubiertos y objetos son fabricados a partir del almidón de maíz y la cáscara de la papa. La planta de papas  McKinley está al lado de la planta de Dixtron, o sea que con los desechos de una empresa se obtienen los insumos para la otra.  Es un ejemplo de circularidad en todos los aspectos.

Alejandro Romano con su socio entendieron que como empresa no pueden modificar los hábitos de consumo, pero sí pueden presentarles otra  alternativa a lo que refiere a impacto ambiental.