No me había dado cuenta al principio, la magnitud y el peso de mi existencia en la vida de mis pequeños niños pero desde que estoy sola con ellos estoy más enfocada y siento la necesidad de estar en lo posible un paso adelante. Para prever situaciones, analizar cuáles pueden ser las mejores opciones y estar siempre atenta a lo que pueda pasar. Que etapa de la vida tan importante es la niñez ¿Verdad? Es tan existencial para el que la vive como para el que la guía.
Antes creía en las culpas y en el deber ser. Pero ahora entiendo que va mucho más allá de todo eso… No se trata de culpas, de ganas o de regalos. Es sobre calidad de tiempo, amor, paciencia, presencia, constancia y compañía. Porque es la vida de tus hijos las que estas forjando. Valen completa e indudablemente la pena: el esfuerzo, el insomnio, el stress, los trabajos, el constante sentimiento de inseguridad que te dan las vicisitudes de sus vidas, es saber ir soltando y es animarse a ir por más. Para ellos y por mi.
Es sobre sentirte feliz porque sabes que estás haciendo tu mejor esfuerzo…
Hoy mi hijito de 6 años me dijo que me iba a extrañar cuando me muera y se le llenaron los ojos de lágrimas mientras me abrazaba. Yo le contesté lo que me salió del corazón: que siempre iba a estar con el porque nada ni nadie me iba a poder alejar jamás. Que siempre viviré en su corazón y que aún cuando no me vea iba a escuchar mi voz recordándole que lo amo y seguramente diciéndole qué creo yo que es lo mejor para él en tal y cual situación.
Pero lo más importante de todo esto fue que yo supe dentro mío, sentí la certeza que este es mi lugar en el mundo. Junto a ellos. Entendí que son mi destino y que los elijo gustosamente día a día. Porque sin su presencia mi vida sería otra y no la quiero, no me la puedo siquiera imaginar. Porque ellos son mucho más que responsabilidades, deberes y sacrificios… Esta enquilombada, enloquecida y a las corridas vida que llevo ¡Es la mejor que puedo tener! Me siento energética y ellos son mi motor.
Este día de su cumpleaños por dos (porque son mellizos), no les regalé un juguete. Materialicé esos regalos en decisiones que mejoren su calidad de vida y nuestra relación, también. E hicieron la diferencia.
Y es que a mis queridos hijos, yo les quiero dejar las más variadas herramientas para poder sortear lo malo de la vida, para que puedan vivir cada momento con alegría, que puedan respirar amor y tirarse pedos de colores si quieren. Yo sólo espero que mi esfuerzo esté a la altura. Que sepan que los amo, que los siento más cerca mío que nunca y que espero que al haberme elegido como madre pueda hacer la diferencia en sus vidas con todo lo que tengo y todo lo que soy. Porque tengo un hermoso legado y muy amorosamente me gustaría poder hacerles sentir lo mismo.
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