“Necesitábamos una forma de vigilar a los ciudadanos estadounidenses sin que ellos lo supieran. Era imperativo, por su propia seguridad, por supuesto. Contratamos sólo a los mejores. Nos tomó años. Diseñamos, construimos, probamos, fallamos. Persistimos. Finalmente, durante décadas, lo tuvimos. Una flota de dispositivos de vigilancia tecnológica encubiertos como nunca antes había visto el mundo. Los llamamos ‘Pájaros’ “. Richard Nixon (1978).

La supuesta aseveración atribuida al ex presidente norteamericano, podría ser el comienzo de una novela de suspenso, de espionaje, hasta distópica. Sin embargo el párrafo aparece en el sitio web de la organización “Los pájaros no son reales”. Buen título para la historia que parece de ciencia ficción pero que es real. Sí, desde hace algunos años cada vez más personas creen que las aves que vuelan en los Estados Unidos y en otras partes del mundo no existen. Para ellos los pájaros fueron exterminados y reemplazados por robots.

Todo habría comenzado en 1947 cuando el gobierno norteamericano creo la Agencia Central de Inteligencia (CIA), ante la amenaza que suponía el avance del comunismo. A mediados de la década del 50 la Guerra Fría tensaba las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, entonces el director de la CIA con la autorización del presidente Eisenhower decidió poner en marcha un plan. Tener ojos en el cielo y vigilar a los sospechosos que caminaban en Washington DC, la capital norteamericana.

Leo textual parte del argumento publicado en el sitio oficial de la organización:

“Se cree que el plan inicial para matar a todas las aves y reemplazarlas con cámaras voladoras se ideó un fin de semana de mayo de 1956. Dulles (Director de la CIA) y su equipo odiaban a los pájaros con pasión, y en muchas ocasiones se les oyó llamarlos “babosas voladoras” y “la escoria de los cielos”, ya que a menudo hacían caca en sus autos en el estacionamiento de la sede de la CIA y francamente, en todo el área metropolitana de Washington DC. Creo que esta fue una de las fuerzas impulsoras que llevó a Dulles no solo a implementar robots en el cielo, sino a reemplazar a las aves en el proceso. No necesitaban matar a todos los pájaros, y podrían haber lanzado una cuarta parte de los pájaros robot que lo hicieron, pero las palomas en DC en ese momento eran absolutamente despiadadas, estaban comiendo muy bien, ya que la moral estadounidense era alta; la gente los alimentaba mucho más en los parques públicos y en la calle. Esto a su vez creó grandes cantidades de heces de paloma, que inevitablemente encontrarían su camino hacia el parabrisas de muchos hombres y mujeres, todos los cuales llegaron a odiar no solo a las palomas, sino a todas las aves.”

Según el argumento el gobierno norteamericano aniquiló 12 mil millones de aves entre 1959 y 1971. Aunque el plan se extendió hasta el 2001. Por supuesto que la historia se conoce por un arrepentido que participó del proyecto para invadir el cielo de robots y que antes de morir le contó la historia al fundador del movimiento “Los pájaros no son reales”. Cómo mataron a las aves? Las envenenaron provocando un virus que se transmitía solo entre ellas descomponiendo sus cuerpos en 24 horas. En simultáneo el cielo empezó a salpicarse de lo que hoy conocemos como drones de vigilancia que aparentan ser aves. La trama de la historia es inverosímil pero atrapa. No faltan las denuncias a un gobierno que los quiere hacer callar y persigue, o censuras de las empresas que administran las redes sociales.

En el último párrafo de la historia cronológica se lee: “En 2016, el presidente Trump anunció que si era elegido, ‘construirá un muro entre México y Estados Unidos’. Puede creer en los principales medios de comunicación y en las mentiras de Trump cuando escuche que el muro estará diseñado para mantener a los inmigrantes ilegales fuera de los Estados Unidos, pero eso es falso. El ‘muro’ en realidad estará encapsulado con miles de pistolas de microondas, que pueden rastrear a cualquier ave que ingrese a los Estados Unidos y dispararle con microondas fuertes, que destruyen la capacidad de las aves para volar, y la dejarán muerta en menos de unas pocas horas. Espero que esto no le sorprenda demasiado, después de todo, si ha llegado tan lejos en la lectura, toda su visión de este país ha sido totalmente reformulada. Espero que pueda unirse a nosotros en la lucha por la libertad.”

La teoría conspirativa ha cruzado las fronteras norteamericanas y ha crecido en todo el planeta, por lo que muchísimos creen que ese pajarito que te observa a través de la ventana mientras preparas el desayuno, te está vigilando. Como la mayoría de las teorías conspirativas, quienes las defienden tienen una respuesta ante cada pregunta surgida del sentido común. Por ejemplo: Cómo recargan las baterías? Cuando se posan sobre los cables de energía eléctrica. Y esa caca que te deja el lamparón arruinando la pintura del auto sino la limpias rápido qué es? Tecnología de rastreo en forma líquida. Y así podríamos seguir…

Si la teoría tiene más de medio siglo y nos resulta descabellada, por qué nos estamos enterando recién ahora? Durante una manifestación en enero de 2017 un joven estudiante de Inglés y Filosofía de la Universidad de Memphis en Tenessee, exhibió una pancarta en la que se leía: “Los pájaros son un mito; son una ilusión; son una mentira. ¡Despierta América! Despierta”. La imagen pronto se viralizó en las redes sociales. Ese joven se llama Peter McIndoe, y hoy es el líder del movimiento, aunque niegue haberlo fundado.

Los seguidores de la teoría conspirativa sobre los pájaros, creen que quienes los critican responden con otras teorías conspitrativas. Mientras organizaciones ambientales aseguran que McIndoe utiliza su campaña para ganar dinero vendiendo productos inspirados en la marca “Birds Aren’t Real” que se ofrecen en la página web, otros dicen que el movimiento tiene como objetivo burlarse de las teorías conspirativas tan difundidas durante los últimos años en los Estados Unidos, con una teoría conspirativa absurda.

Qué te parece? Crees que los pájaros son robots de vigilancia? Cuando veas al pajarito sobre el cable de electricidad del alumbrado público, te vas a acordar de ésta anécdota? Cuidado, tal vez ésta sea una anécdota de bolsillo conspirativa.