Ayer fue un día especial, un día en que sentimos que se nos paró el reloj, un día de desesperación e incertidumbre pero al mismo tiempo un día de liberación y opresión laboral digital y sobre información.

Por primera vez en la historia de  Facebook, Instagram, Whatsapp y todas las aplicaciones que pertenecen al grupo que lidera Mark Zuckerberg quedaron fuera de servivio por aproximadamente de 7 horas. La compañía atribuye el apagón  a un “cambio de configuración defectuoso”

En principio el hecho nos generó una sensación ambigua entre el deber y el placer.Bueno no todo se trata simplemente de pasar el tiempo ocioso o de mandar gatitos como emojis a nuestro grupo de amigos.  La situación afectó a millones de usuarios alrededor de todo el mundo y afectó económicamente  sobre todo a medianas y pequeñas empresas.

E aquí la caída de un gigante

Facebook, Instagram y WhatsApp se recuperan lentamente de la peor caída total de su historia reciente, que afectó este lunes a sus servicios durante más de seis horas y de forma global. Al contrario que en otras ocasiones, esta vez las distintas aplicaciones y herramientas de la empresa estuvieron completamente inaccesibles para los aproximadamente 3.500 millones de personas ―aproximadamente la mitad de la población mundial― que las utilizan. Pasada la medianoche (hora peninsular española, las 17.30, hora de México) las tres plataformas empezaron a recuperarse de manera desigual.

Unos minutos después, Andy Stone, responsable de la comunicación oficial de la empresa, confirmaba en Twitter que los servicios y aplicaciones de la compañía estaban volviendo a ser accesibles y pedía disculpas por lo sucedido. “Gracias por su paciencia”, concluía su mensaje.

“Queremos dejar claro en este momento que creemos que la causa principal de esta interrupción fue un cambio de configuración defectuoso. Tampoco tenemos evidencia de que los datos de los usuarios se hayan visto comprometidos como resultado de este tiempo de inactividad”, informó Facebook en un comunicado.

 La caída afectó además a toda la empresa, desde las herramientas de comunicación internas a los pases electrónicos para entrar en salas. Adam Mosseri, jefe de Instagram, equiparó la actividad de la compañía a “un día de nevada”, en una publicación en Twitter.

La causa del apagón “afectó a muchas de las herramientas y sistemas internos que utilizamos en nuestras operaciones diarias, lo que complicó nuestros intentos de diagnosticar y resolver rápidamente el problema”, agregó la empresa. “Nuestros equipos de ingeniería han constatado que los cambios de configuración en los enrutadores troncales que coordinan el tráfico de red entre nuestros centros de datos generaron problemas que interrumpieron esta comunicación. Esta interrupción del tráfico de la red tuvo un efecto en cascada debido a la forma en que se comunican nuestros centros de datos, lo que paralizó nuestros servicios”, explicó la compañía.

Según expertos externos a Facebook que analizan el tráfico de internet, ese cambio de configuración provocó problemas en el sistema de asignación de dominios (DNS), también conocido como “listín telefónico de internet”, que traduce el nombre que escribimos en el navegador a una dirección de números donde está el servidor, en este caso de Facebook.

 El problema no era únicamente que el tráfico no supiera a qué dirección ir, porque no tenía acceso al DNS, sino que tampoco sabía qué camino tomar hacia allí: además de borrar el destino, se habría quemado el mapa. Esa ruta de navegación está gestionada por un oscuro protocolo llamado BGP (Border Gateway Protocol o “puerta de enlace frontera”), cuyos detalles de funcionamiento son a menudo desconocidos incluso para los informáticos y eran este lunes objeto de vivo debate entre ingenieros.

El gigantesco apagón de los servicios de Facebook coincide con unas semanas muy complicadas para la compañía. A las exclusivas sobre documentos internos de la empresa que ha ido revelando The Wall Street Journal se ha unido este domingo la salida a la luz de la garganta profunda, Frances Haugen, que proporcionó esa información al periódico.

Haugen, ingeniera informática de Iowa de 37 años y empleada de Facebook entre 2019 y 2021, declaró su identidad este domingo por la noche en un programa de máxima audiencia de la cadena CBS, donde dijo que la compañía priorizaba siempre la búsqueda de beneficios por encima del interés del público. La coincidencia de la caída técnica con las revelaciones de la exempleada han provocado este lunes un desplome del 4,9% en las acciones de Facebook. De cara a las próximas sesiones, la situación puede empeorar.

Haugen declara este martes en el Congreso de Estados Unidos sobre su experiencia. Si no queda plenamente restablecido el servicio y aclarado el incidente, el ambiente para Facebook puede ser irrespirable.