Las violencias de género se definen como acciones dañinas contra una persona o un grupo de personas en razón de su género, provocando una situación de desigualdad y subordinación de una parte con respecto a la otra.
La Ley N° 26.485 resume: “Toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte la vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también la seguridad personal de mujeres y diversidades.”
Esto tiene su origen en relaciones de poder asimétricas, históricas y estructurales, en las que los varones son más jerarquizados que las mujeres y disidencias. Por eso, hay de varios tipos: algunas directas y otras indirectas, más explícitas o implícitas. Lo importante es reconocerlas y saber qué se puede hacer frente a cada una.
Tipos de violencia de género
La Ley N° 26.485 de Protección Integral a las Mujeres aclara que existen:
Violencia psicológica: ⇒ Es aquella que causa daño emocional y disminución del autoestima, que perjudica y perturba el desarrollo personal, que busca degradar o controlar acciones, comportamientos, creencias y decisiones. Todo esto mediante: amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, manipulación, descrédito o aislamiento. Algunas frases que pueden servir de ejemplo son: no servís para nada o nunca entendés nada. También este tipo de violencia se traduce en acciones discriminatorias sistemáticas, cuestionamientos o negación acerca de tu identidad de género u orientación sexual, por parte de cualquier persona ya sea tu entorno, familia, trabajo, entre otros.
Violencia económica: ⇒ Prácticas que impactan negativamente y afectan la subsistencia económica de una persona. Las situaciones más comunes son aquellas donde los varones administran el ingreso de sus parejas mujeres como herramienta de manipulación y dominio. Pero también se la puede relacionar con las brechas laborales de género y la división sexual del trabajo, que representan una traba para la autonomía económica de mujeres y disidencias, que muchas veces se traduce en dificultad para salir de situaciones de violencia física o psicológica.
Violencia física: ⇒ Cualquier forma de maltrato o agresión que afecta la integridad física de otra persona.
Violencia sexual: ⇒ Acción física o verbal que implica la vulneración del derecho de decidir sobre la propia vida sexual o reproductiva.
Violencia simbólica: ⇒ Según el artículo 5 de la ley se define como aquella “que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad”. Es decir que legitima prácticas en relaciones de poder desiguales, histórica y culturalmente establecidas entre hombres y mujeres.
Además, la ley señala 6 modalidades que son las formas en que se manifiestan los distintos tipos de violencia contra las mujeres en los diferentes ámbitos:
- Violencia doméstica.
- Violencia institucional.
- Violencia laboral.
- Violencia contra la libertad reproductiva.
- Violencia obstétrica.
- Violencia mediática.
Si vos o alguien que conocés está pasando por esto, tené en cuenta lo siguiente: podés llamar a la línea 144 o hablar con Boti (11 5050-0147), para recibir información, contención y asesoramiento. Su objetivo es acompañarte en las distintas situaciones que estés atravesando, ya sea antes, durante o después de un episodio de violencia. La atención es permanente, las 24 horas de los 365 días del año, y es anónima, gratuita y nacional.
Para solicitar ayuda ante una emergencia que implique riesgo de vida, podés contactarte con el 911 que tiene atención permanente las 24 horas.
También tenés la web de Igualdad de Género donde podés encontrar información sobre qué está haciendo la Ciudad en materia de trabajo y empleabilidad, cursos y capacitaciones de formación, salud, protección social, cuidados y violencias.
No todas las violencias de género son catalogadas como delitos, por eso, debemos abordar la problemática con estrategias múltiples, que permitan desarmar los patrones culturales discriminatorios y violentos, a la vez que impliquen un acompañamiento respetuoso e integral de las víctimas.
Seguimos trabajando para que todos los proyectos, servicios y políticas públicas tengan perspectiva de género. Para eso articulamos con todas las áreas de Gobierno y actores externos, entendiendo que debemos construir las herramientas desde una acción colectiva y colaborativa. Creemos que la política pública de género es presencia, es acción, es identificar los problemas y dar respuestas.
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