Está en Palos y Aristóbulo del Valle, es una de las salidas de la bombonera (comuna 4), y fue una iniciativa de “Boca es Pueblo”

Ocurrió un 23 de junio  de 1968 en el estadio de River Plate en el barrio porteño de Nuñez. Fue la mayor tragedia del futbol nacional.  Ese día se jugaba un “superclásico” contra Boca Juniors.

El resultado fueron 71 muertes y 113 heridos.  La mayoría de la gente no tenía más de 20 años.

Algunos de los familiares presentes, hicieron su aporte al homenaje y escribieron en el mural o dijeron sentidas palabras.  La hermana de Guido von Bernard (Diana), escribió el nombre de su hermano en el mural y , a pesar de su emoción, escribió el nombre de él y dijo algunas palabras “Esto es una caricia al alma a los 71 bosteros que alientan desde el cielo.  Sé que de ahora en adelante, se les rendirá el debido recuerdo; en eso están, estamos”

Muchas versiones se manejaron desde aquella época.  Lo cierto es que sobrevivientes aseguran que fue la policía.

Han pasado 51 años de la tragedia y lo cierto es que nunca hubo condena, todo quedó en la nada, como tantos hechos ocurridos.para nadie.

 Todo quedó en la nada, como tantos hechos ocurridos. Sólo el dolor de las familias que pierden a sus seres queridos y que saben de que sentimiento se está hablando y que es imposible de explicar. 

“Fue comenzar, de alguna manera, a hacer un homenaje que no se hizo nunca por varios motivos”, dice Guillermo Schoua, historiador de Boca, integrante de la Subcomisión de Historia. “La tragedia quedó oculta incluso en el propio club. También hay un grupo que está investigando el tema, que está tratando de contactarse con los familiares. No es fácil de encarar. Se entiende que cualquier familiar esté dolido porque no pasó nada en tanto tiempo. Uno no puede corregir algo que no pasó. Pero algo queremos hacer, y seguramente no va a alcanzar”.

Un capítulo aparte de “La Puerta Doce”, es el olvido de los clubes, de la AFA, de la Municipalidad y de la Sociedad entera. Que no se haya conocido qué pasó aparece como el primer punto. Las causas, según el relato de los testigos, navegaron en medio siglo entre tres variables.

La tragedia se precipitó por las puertas cerradas, por el accionar policial, por la barra brava de Boca. La gran mayoría vio los portones metálicos cerrados y entornados. Otros sumaron que los molinetes no habían sido sacados de la puerta. Algunos hinchas contaron que la tragedia se inició por la policía, parapetada, lista para barrer la salida y atrapar a la barra de Boca, que había cantado la marcha peronista, un delito en plena dictadura de Juan Carlos Onganía, y que muchos que salían por la puerta intentaron volver a entrar al estadio. El abogado de River culpó a la hinchada de Boca: dijo que al querer evitar las detenciones ingresaron al estadio y provocaron la estampida. El informe pericial avaló la versión de las puertas cerradas con los molinetes. La Justicia calificó al hecho de “accidente”. Al año siguiente, archivó la investigación.

La única placa que recuerda a la Puerta 12 está en las afueras del Monumental, cerca del sector “L”, como fue rebautizada luego de la tragedia. Fue colocada por iniciativa de los familiares de las víctimas en 2008.