En Argentina 6 de cada 10 niños son pobres, es decir que no tienen acceso a la educación, a vivienda, a conectividad y a tantas otras cosas…
Es un tema social que padecemos desde hace muchos años en nuestro país. Cada vez más la infancia en nuestro país se siente vulnerada. Esos chicos son invisibles cuando tienen frío, cuando tienen hambre o cuando se están drogando, pero se hacen visibles cuando ocurre lo peor, la desgracia, lo inesperado.
Ante todos nosotros se muestran sin prejuicios ni conciencia de lo que dicen o hacen, Ellos no pueden salir, ellos necesitan de nuestra ayuda, necesitan que los rescatemos, que les tiremos una soga o un salvavidas.
Ellos necesitan un lugar para expresar lo que les pasa. No podemos pensar que lo que hacen es porque les gusta. Que puerta pueden tener, que salida ven si la espalda y la mano cerrada siempre están a la orden del día.
Nos sorprendemos porque los pibes después de tantos no , van a buscar lo que creen que merecen o lo que les pertenece, lo que con tanta ostentación y hasta pornografía ven en las vidrieras sin poder acceder, nunca pueden acceder…
Hay que hacerse cargo como sociedad de esta problemática, de nuestros pibes. Hay que dejar de echarse culpas y mirar la paja en el ojo ajeno. ¿Pero qué les estamos dando a ellos?
En un país que se dice católico o cristiano en gran parte, porque no podemos ayudar al prójimo. Como lo señalamos y como lo desclazamos. Es muy llamativo este nivel de incoherencia que puede enjuiciar de la sociedad.
Atendiendo a esto, creo que mucho tiene que ver no en cómo estamos educando, sino la manera equívoca en la que estamos comunicando lo que está sucediendo, lo que nos pasa. Los cambios que van a mil por hora. La sociedad en la cual vivimos y la sociedad que queremos.
Creo que es momento de tener una comunicación más sensibilizada que conecte con la realidad y no con las vidrieras de las cuales hablábamos antes. Este es un sistema siniestro que está haciendo agua por todos lados.
Uno cuando prende la tele percibe un nivel de cinismo, de complicidad y de incertidumbre. El mensaje no solo es mediocre sino que a veces es peor porque es muy consciente de darle al espectador una verdad masticada o absolutamente descuidada.
El mensaje es no importa que estás haciendo vs con tu vida, hablemos de que hacen los demás con su vida… O sea estamos con la lupa y no con el espejo. Nunca haciendo una reflexión acerca del problema y acerca de que hacemos nosotros por ellos, un poco de introspección.
Como bien decían en el mítico programa “La noticia rebelde” ..”un aporte más a la confusión…” Por qué tendemos siempre a sumarnos a la contaminación. Esta es la pregunta que debemos hacernos a partir de ahora si queremos realmente salir de la mediocridad de los sentimientos e intelectual. El interesarse por el otro nos hace mejores como personas, como ciudadanos y como seres humanos que habitamos el mismo planeta. Hagamos cada uno nuestra parte y dejemos de que el planeta deje de ser tan desigual.
Pensemos en salir de esta contaminación social y espiritual. Merecemos una comunidad justa para todos, inclusiva, empática y piadosa de los otros.
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